La reactividad inmediata

Desde su aparición en este planeta, el humano siempre estuvo en un proceso continuo de evolución que lógicamente impactó en su forma de relacionarse con el ambiente y la sociedad que habita. Estos cambios desde tiempos inmemorables tienen una característica fundamental, son cada vez más acelerados. Así como la aparición de la escritura permitió el hecho de poder compartir conocimiento mucho más rápido, la creación del internet permitió que los saberes se hagan aún más universales.

Hoy en un proceso de globalización continua, la información viaja a niveles nunca vistos. A tal punto que desde un celular en un pueblo ignoto de África puede estar viendo los resultados de mi equipo de barrio en Argentina.

Lógicamente, estas posibilidades no solo tienen un impacto gigante en la manera de como las personas se relacionan con la sociedad, sino que también influyen en la concepción que tenemos del mundo en sí.

Sería muy pedante pensar que el mercado donde operamos logra escapar a esta lógica.

Tomemos como ejemplo a la vestimenta, con las posibilidades de las ventas online, envíos internacionales y diferentes medios de pagos (Tarjetas, monedas electrónicas, NFT´s), es posible para casi cualquier persona comprar ropa en otras partes del mundo. La moda está sumamente globalizada.

Cuando nos metemos en el consumo masivo, vemos como el e-commerce empieza a abrirse paso como un nuevo canal de ventas. Todavía no al nivel de consumo del resto de los canales, pero si como un punto a tener en cuenta.

El concepto de mundo VUCA ya es algo normal dentro del vocabulario de las compañías. Aceptarlo es la primera parte del proceso. Ya inmersos en este mundo, las compañías tienen que estar preparadas para poder actuar rápidamente y responder a estos cambios bruscos que se suceden.

La flexibilidad es un factor fundamental. “Se dobla, pero no se quiebra” dice el viejo refrán y realmente es una verdad. Tener estructuras que permitan adaptarte a los cambios es un MUST de las empresas. Aquellas corporaciones sólidas, gigantes y tradicionalistas pierden terreno con las que tienen la elasticidad de buscar siempre la mejor forma que encaje con la nueva realidad.

De esta manera, el concepto de proactividad pasa a perder importancia con respecto al concepto de reactividad inmediata.

El mundo es Volátil, incierto, cambiante y ambiguo por lo que el hecho de prearmar soluciones rígidas puede ser el peor error. En cambio, tener estructuras amplias y procedimientos ante diversos escenarios es el camino que va a permitir lograr una reacción oportuna y a tiempo.

La reactividad inmediata debe ser una cultura en las organizaciones. Debe ser profesada por los integrantes de estas. El empoderamiento en la toma de decisiones de cada representante es fundamental para poder actuar, pero siempre asegurando que cada ejecutor tenga en claro los límites de su accionar y lo más importante, tener la información que es necesaria para escoger un camino.

El trabajo de equipo y la comunicación interáreas es otra característica que beneficia a la adaptación por parte de las empresas. Armar equipos multidisciplinarios en proyectos favorece la aparición de soluciones a los problemas que se plantean en el día a día moderno.

La tercerización con especialistas en ciertos sectores te permite contar con equipos de expertos en los temas en la que tu organización no tiene conocimiento, además de la flexibilidad que todos conocemos.

Estar asesorado por terceros que sean conocedores de los mercados también te permite no solo tener una visión externa sin la contaminación del día a día, sino también la posibilidad de incorporar otras prácticas efectivas en otros mercados.

La tecnología parece ser la mejor amiga de esta cultura, pero a la vez, como sucede a veces en las amistades, puede ser la más traicionera. El uso responsable de la tecnología es un debate que nos debemos dentro de las organizaciones. Muchas veces usar la tecnología simplemente porque está disponible, hace que los trabajos se demoren y lleve más tiempo del que debería tomar.

Tomando un ejemplo bastante actual, durante la pandemia la mayoría de los empleados vieron sus agendas llenas de reuniones por video llamada para tratar miles de temas, algunos muy importantes y otros que podrían haber sido resueltos con un simple llamado telefónico de 5 minutos. Obviamente, además de asistir a estas reuniones, debían cumplir con sus responsabilidades asignadas para sus roles por lo que muchas personas estuvieron trabajando horas extras para rendir exactamente lo mismo que hacían pre-cuarentena.

La historia de nuestro desarrollo como especie indica que estos cambios no se van a desacelerar, más bien, todo lo contrario. Nadie sabe que cuestiones se van a desarrollar en el futuro, es necesario escuchar todas las versiones sabiendo que ninguna es 100% factible y también que ninguna es totalmente improbable. Lo más importante estar preparados para actuar ante lo que finalmente suceda, en eso se basa la Reactividad Inmediata.

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